La Presidencia del Consell Valencià de Cultura, a través de su Declaración redactada ayer domingo, quiere mostrar solidaridad y espaldarazo hacia la población que en varias zonas de España está sufriendo los efectos de unos incendios forestales muy graves, y también hacia los efectivos que los hacen frente hasta el punto de arriesgar sus vidas.
Pero, igualmente, la Presidencia del CVC se ve obligada a recordar la absoluta necesidad de poner el foco en la prevención de los incendios forestales, que no solo tiene que empezar cada año meses antes del verano, sino que requiere un trabajo científico que se ocupe, a medio y a largo plazo, de las causas climáticas, ambientales y humanas que los favorecen, más todavía en un contexto de cambio climático. Solo de este modo se podrá hacer llegar a la población la educación y la sensibilidad necesarias para conseguir que esta clase de incendios, de la extensión y gravedad que ahora tienen, sean cosa del pasado.
Por eso, la Presidencia del CVC invita a la sociedad valenciana a reflexionar sobre la cuestión. Y le recomienda, además, acudir a los documentos y a las propuestas que la institución elaboró durante muchos años sobre esta cuestión bajo la presidencia de Santiago Grisolía. Están a disposición pública en la web del CVC. Entre otros, por ejemplo, la creación de un Instituto Tecnológico del Fuego ya en 2004, que, en el sentido apuntado unas líneas arriba y como se cita en la Declaración, tendría la función descrita de ser un centro científico de una alta utilidad pública contra la devastación ambiental, humana y económica que significan los incendios forestales. Aquella propuesta, hay que recordarlo, venía de la mano del eminente científico Eduardo Primo Yúfera, en aquel momento miembro del Consell Valencià de Cultura.
Para acabar, la actual Presidencia del CVC reitera la importancia absoluta de abordar este asunto con el rigor necesario. Un rigor que tiene que implicar a toda la sociedad y a sus representantes en las diversas administraciones, sabiendo que lo que está en juego tiene un valor inconmensurable en el medio ambiente, en la economía y en la vida de todos.