La insoportable situación que los incendios de este agosto nos está haciendo vivir en toda España no es menos grave en la Comunidad Valenciana. Gobernantes y políticos han tenido que interrumpir sus razonables vacaciones, pero la cultura y la ciencia no descansan.
Santiago Grisolía, mi ilustre predecesor, se dedicó insistentemente a este asunto de vital relevancia. La Jornada sobre incendios forestales celebrada en octubre de 2012, coordinada por Martín Quirós y Vicente Muñoz Puelles, cuya publicación invito a consultar, da fe de ello. Recuerdo parte de su breve discurso inaugural: “ … Nuestro campo de trabajo es la cultura, y en este asunto de los incendios forestales necesitamos precisamente cultura científica … La cultura cívica también y en eso procura trabajar esta institución con llamamientos continuados a la conciencia ciudadana, reivindicando los valores culturales, ecológicos y económicos del patrimonio natural común para ayudarnos a manejar ese problema tan complejo en el que se han convertido los incendios forestales, cada vez más devastadores y peligrosos …” Participaron también profesionales y las empresas Embention, Bio-Iliberis, Flightechs Systems, la Fundación CEAM e IMELSA.
El primer Informe, titulado Estudio para evitar o minimizar los incendios forestales fue aprobado en febrero de 2004. Se hablaba del Plan Forestal Español, de las medidas de prevención y extinción de incendios, de la legislación autonómica, de la importancia de la educación medioambiental y de la investigación. En el Manifiesto en defensa de los bosques, emitido a propósito se propuso, a sugerencia de Eduardo Primo Yúfera la creación de un instituto multidisciplinar, un Instituto Tecnológico del Fuego. En 2007 el habitual concurso escolar versó sobre los incendios forestales con la finalidad de sensibilizar a los jóvenes valencianos. En 2010 tuvo lugar la Jornada Hacia la consideración penal de la provocación deliberada de los incendios forestales como crímenes contra la Humanidad y la Biosfera. Y se concedió la Medalla del CVC a la Unidad Militar de Emergencias.
Desde las comisiones de Ciencias y Jurídica se ha hecho un sistemático seguimiento de las campañas estivales con la comparecencia de sus responsables autonómicos en prevención y extinción. La última dio lugar a la correspondiente Declaración aprobada en sesión plenaria en junio de este año. Según los datos ofrecidos, en la Comunidad Valenciana se ha producido una media anual de 330 incendios y unas 5.500 Hectáreas en la pasada década. El 63% por negligencias y hasta un 26% intencionados.
Agua, aire, fuego y tierra son histórica y culturalmente aceptados como los cuatro elementos de la naturaleza. Cada uno de ellos necesita urgentemente de un pacto de estado que regule y gestione el territorio, su uso y su disfrute por las personas y las especies animales y vegetales que lo pueblan. Por más medios que se destinen no hay campaña de extinción capaz de impedir la tragedia sin una prevención permanente y constante.
Hoy lloramos pérdidas humanas irreparables y cuantiosas consecuencias materiales y económicas. No podemos seguir así. Debemos actuar con profundidad y rigor científico, y disponer de cuantos medios resulten necesarios. A todos, administración, instituciones y ciudadanía nos corresponde participar activamente en ello.